Estrenábamos maestra.
Íbamos medio asustados
resultó que era guapa
y con los morros pintados.
Usaba falda corta.
las tetas muy arriba.
se le marcaba el culo
y no tenía barriga.
Zapatos de medio tacón
usaba medias de seda
una cosa nunca vista
el vestir de esa manera.
Las madres cotilleaban:
-¡Qué desgracia hemos sufrido!
No enseñará a los hijos
y revoluciona al marido.-
Era atractiva y simpática
y no usaba la vara.
nos hablaba sin gritar
y eso nos extrañaba.
Los chicos todos contentos
las madres muy cabreadas
Es una señoritinga
que no sabra enseñar nada.
Acostumbrados a ir
con maestras anticuadas,
queríamos ir a la escuela
y con la cara lavada.
Las madres dale que dale:
-¡Qué desgracia hemos sufrido!
Ahora quiere ir a la escuela
el burro de mi marido.-
Revolucionó a los abuelos
que no sabían hacer un cero.
Ahora dicen a la abuela:
-¡Quiero usar el lapicero!-
En una aldea atrasada
solo cabia esperar
que una mujer moderna
no acabara de encajar.
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