Se vienen a mí memoria,
aventuras de rapazuelos,
que nos reunimos varios,
y robabamos ciruelos.
Al juntamos tres,
programamos un asalto,
dos recogemos del suelo,
uno subía al árbol.
Arriba movía las ramas,
y la madura caía,
los que quedamos abajo,
recogemos la mercancía.
El dueño nos descubre,
a través de una ventana,
se armo con un buen palo,
para zurrar la badana.
Se presentó hecho una furia,
jurando y maldiciendo,
los que estábamos en el suelo,
nos escapamos corriendo,
Al llegar bajo el árbol,
se quedó mirando al cielo,
el de arriba se cayo,
lo estampo contra el suelo
lo estampo contra el suelo
El hombre llevó tal susto,
creo que se desmayó.
nos enteramos más tarde,
los pantalones cagó.
Repartimos las ciruelas,
Repartimos las ciruelas,
que estaban de primera,
al menos una semana,
aguantamos cagalera.