Me siento medio dormida,
me lo meto en la boca.
No me espabila nada,
hasta me quedo más sopa.
Siento que se salio,
lo vuelvo a introducir.
Lo agarro muy fuerte,
que no se vuelva a salir.
Lo muevo a todos lados,
le doy arriba y abajo.
Como estoy dándole fuerte,
me hace un daño del carajo.
Quedo asombrada al sacarlo,
deja pelos en mí boca.
Pienso que no estoy despierta,
o me estoy volviendo loca.
"El parece que me habla"
como diciendo eres mema.
Para meterme en la boca,
tienes que darme una crema.
Después de untar la crema,
eso ya empieza a gustarme.
Al paladear su sabor,
empiezo a desperezarme.
Su sabor es exquisito,
me llegó a emocionar.
Tanto nervio pongo en ello,
hasta me hizo sangrar.
Lo miro detenidamente
so me hace pensar
Este cepillo de dientes,
me lo tengo que cambiar.