Nº 26 LAS HERENCIAS.

Evoluciona el pueblo,

pero muy lentamente,.

Estamos en los cincuenta,
Olvídense del presente.

La madre decía a la hija
del hombre, mantente alejada.
No te fíes de promesas,
mantén las piernas cerradas

Lleva la honra al altar,
y conserva la decencia,
A los hombres no le gusta,
la mujer con experiencia.

Piensa que sí pierdes eso,
y no se casa contigo,
Te morirás soltera,
arrugada como un higo.

Difícil para los hombres,
pillar algo de chiripa.
A pesar esos consejos,
alguna salió con tripa.

Vergüenza para la familia,
si ella no se casaba.
El niño un hijo de puta,
sin tener culpa de nada.

Si en vez de niño era niña,
no la miraba nadie,
La marcaron de por vida,
tan golfa como su madre.

Las cosas cambiaron mucho,
en este mundo que estamos,
Algunos nos tocó esa época,
que ahora recordamos.

TAPAR LAS RAJAS

Al vivir solo del campo,

la gente estaba maltrecha.
Si el tiempo no era bueno.
Se perdía la cosecha.

Tristes y desesperados,
están implorando al cielo,
Qué le mandé lluvia,
que le sirva de consuelo.

El campo rajado y seco,
así no pueden labrar,
Su tripa no se llena,
con orar ni suplicar.

Sacan su patrona al campo,
el cura dice un sermón,
Pide con mucha fe,
qué cambie la situación.

-Amada patrona,
aquí no crecen ni pajas,
Envía bastante lluvia,
que tape todas las rajas.

Los hombres al oír eso,
 ponen su grito en el cielo,
Es lo único que tienen,
que le sirve de consuelo.

Las mujeres asustadas,
rápido rodean al cura,
Esa petición que hace,
nos parece una locura.

Si esa petición se cumple,
no iremos más a misa,
Tendrá que hacer las maletas
y escapar a toda prisa.

Por pelos se libró el cura,
al caer una nevada,
Da gracias al cielo,
petición solucionada.

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