Trabajando en un comercio,
con sótano y con rejillas,
Podíamos ver a las mozas,
sus bragas y pantorrillas.
Cuando no estaba el jefe,
lo teníamos calculado,
Un frasco de perfume,
en el lugar apropiado.
Situada en la trampa,
sí, era bella la dama,
El espía del sótano,
contemplaba el panorama.
Pasaba información,
todo lo que había visto,
Los demás con la moza,
nos tirábamos el pisto.
Hoy llevas bragas azules,
cámbialas por coloradas,
Estás en los días claves,
las llevas algo manchadas.
Sois unos tontos del bolo,
no sabéis qué bragas llevo,
Si os fuera posible verlas,
os servirá de consuelo.
—Y tu una ignorante,
te crees demasiado lista,
Somos todos adivinos,
desnudamos con la vista.
Al no ser de aquel lugar,
nos llamaban los marusos,
Una especie muy rara,
entre adivinos y brujos
Éramos seis dependientes,
Al no ser de aquel lugar,
nos llamaban los marusos,
Una especie muy rara,
entre adivinos y brujos
Éramos seis dependientes,
las chicas nos tomaron miedo,
No ligamos con ninguna,
en un pueblo de Toledo.