Pudo con el la morriña,
a su pueblo regreso,
quería ser enterrado,
en el sitio que nació.
Comentaban en el pueblo,
que emigro de los primeros,
que le fue bien en América,
y tenía mucho dinero.
Rápido le hacen alcalde,
su contorno es de locura,
todos quieren ser sus amigos,
sobre todo el señor cura.
Al no tener herederos,
tanto interés se comprende,
le viene una enfermedad,
entonces nadie le atiende.
Solo una viuda pobre,
no lo hace por caridad,
con cuatro hijos pequeños,
lo hace por necesidad.
Cuatro años de atenciones,
cuatro años de locura,
le da el dinero que tiene,
y que no se entere el cura.
Al darle la extremaunción,
el cura exige primero,
para perdonar sus pecados,
tiene que donar dinero.
-Me lo gaste en medicinas,
pase un trance muy duro,
no tengo ni para el entierro,
no me queda un puto duro.
Al celebrar el entierro,
el cura dijo ese día,
aquí ocurrió un milagro,
una mujer sin jugar,
le toco la lotería.
para perdonar sus pecados,
tiene que donar dinero.
-Me lo gaste en medicinas,
pase un trance muy duro,
no tengo ni para el entierro,
no me queda un puto duro.
Al celebrar el entierro,
el cura dijo ese día,
aquí ocurrió un milagro,
una mujer sin jugar,
le toco la lotería.
