EL TATUAJE.

Si te haces un tatuaje,

por encontrarte aburrido.

Hay un lugar especial,
discreto, muy escondido

Si lo piensas un poco,

el sitio que más conviene.

Se usa y no pierde valor,

es, tatuarlo en el pene.

Un billete de quinientos,

 te será muy duradero

Con él podrás disfrutar,

y jugar con el dinero.

Tener el dinero ahí,

nunca es dinero perdido.

Solo te produce mermas.

Sí, lo tienes encogido.

Esa devaluación,

no es de preocupar.

En cualquier momento,

lo puedes recuperar.

En el banco nada renta,

 esta es una manera.

Tenerlo siempre a mano,

 usarlo cuando se pueda.

Si la parienta te dice,

que quiere tener un hijo.

Carecemos de dinero,

este es de plazo fijo.

Sí, se produce el divorcio,
ella aquí no tiene parte,
No son bienes gananciales,
 eso no se reparte.

Sí, se pone muy pasada,
 esas veces que no escucha,
Se lo prestas cuando quiera,
y que lo meta en su hucha.

Sin disputas de herencia,
eso siempre será tuyo,
Te puedes morir a gusto,
el día que te dé un yuyu.

AMOR CATOLICO.

Años de los sesenta,

media novia, medio amiga,
Proponerle hacer el amor,
era una guarrería.

Yo solo puedo hacer eso,

dentro del matrimonio.

Son tentaciones muy graves,

como cosas del demonio.

Soy católica ferviente,

hacer eso a mí me humilla.

Lo más que yo puedo hacer,

Si quieres una pajilla.

Vaya una puritana,

eso sí, es un tormento
y no dejo de pensar,

cómo darle un escarmiento.

La imaginación se despierta

al ver un pavo colgado.

Me hago con su cuello,

lo más parecido al nabo.

En un cine muy oscuro,

camuflado en la bragueta.

La digo puedes empezar,

hasta que la pongas prieta.

Empieza con ilusión. 

Está dale que te pego.

La chica no lo distingue,

está dando bien el pego.

Satisfecha mi venganza,

ya me siento más ufano.

Me levanto muy alegre,

y se la dejo en su mano

Me la arrancaste de cuajo,

 eso yo lo necesito.

Me marcho a urgencias,

para injertarme otro pito.

Como ya no me vale,

mejor te quedas con ella.

Puedes hacer un cocido,

o añadirla a la paella.

.

ALGO SE PIERDE.

Muchos años de casados,

la mujer algo arrugada,
Desatendida del marido,
anda un poco cabreada.

Marido fíjate en mí,

y no te vayas a jugar,
Aunque haya perdido cosas,
hay mucho que aprovechar.

Me pasa como a la fruta,
al llegar a madurar,
Se pone más dulce y tierna,
cuesta menos masticar.

Recuerdo la última vez,
no te quitaste el pijama,
Ni siquiera me entere
lo harías de mala gana.

Yo quiero seguir gustándote,

pero indícame tú el modo,

Dime que tengo que hacer,

antes de perderlo todo.

No te preocupes cariño,

verás que no pasa nada,

Esta vez nos despelotamos,

te quedarás relajada.

Al ver al marido en pelotas,

exclama toda asombrada,

¿Vaya mierda de aparato?,

Por eso no siento nada.

¡Joder! Con la que todo pierde,

te estás pasando de lista,

  No te echaré un Kike más,

hasta que pierdas la vista.