Una princesa en el bosque,
pasea por un sendero,
Sueña con un príncipe,
guapo joven casadero.
Pretendientes, a montones,
de los cercanos condados.
Todos feos sin modales,
viejos y deteriorados.
Ella es una belleza,
su tipo de muy buen ver,
Con muchas ganas de marcha,
en edad de merecer.
Mira a su alrededor,
en lo que su vista abarca,
No hay nadie que la vea,
se baña en una charca.
Con solo meter un pie,
oye un grito desgarrado,
Lo levanta asustada,
ve un sapo que ha pisado.
Lo recoge con cariño
lo mira toda flipada,
Puede ser el guapo príncipe,
que le prometió su Ada.
-En efecto, soy un príncipe,
tardarás solo un momento,
Tócame y bésame mucho,
y acaba el encantamiento.
Olvidaré lo del príncipe,
tengo que pensar primero.
Si tengo un sapo que habla,
ganaré mucho dinero.