Allá por los sesenta,
era difícil ligar.
Cuatro jóvenes pidieron,
que las llevara a bailar.
Una extraña petición,
no me lo podía creer.
Tener tanto material,
donde poder escoger.
Tres las dejaría libres,
con una me bastaría.
Las miraba y remiraba,
pero no me decidía.
La Juana estaba gordita,
eso hizo descartarla.
Quizás me costara mucho,
para poder abrazarla.
La María era finita,
de curvas carecía.
No me gustaban las rectas,
mejor la descartaría.
La Antonia era baja,
me podía pasar.
Para tenerla a mi altura,
me tendría que agachar.
La Pilar era alta,
.al estar a su lado.
Miré hacía arriba,
me sentí acomplejado.
Entramos al baile,
sin decidir por ninguna.
Al poquito me quedé,
mas solito que la una.
Aquello me enseñó,
que tanto pensar atonta.
Mejor decidir rápidamente,
sea fea. guapa o tonta.
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