Te has convertido en adulta
consejo como hija mía.
Sí, piensas echarte novio
tienes que tomar medidas.
—Asumiré tu consejo
más no te puedo decir.
Me llevaré en el bolso
una cinta de medir.
La chica lo tomó en serio
ese tipo de advertencia.
Lleva una cinta métrica
por si surge una urgencia.
El primer muchacho
que le pide relaciones.
Lo primero que le exige
que baje los pantalones.
El muchacho extrañado
ante esa petición.
Rápido le sube la falda
y se baja el pantalón.
—No me subas la falda
te lo vuelvo a repetir.
Antes de llegar más lejos
te la tengo que medir.
Consultaré con mi madre
ella es una entendida.
Aceptaré tu petición
si ella aprueba la medida.
Esa extraña petición
el chico no la entendía.
Cuando se la midió
la tenía medio encogida.
La madre vio las medidas
no le salía la cuenta
y menos cuando le dijo
que media uno noventa.
¡Hija, no sabes medir!
Esto es mentirijilla.
Mejor que la mida yo
que he sido modistilla.
Casi le da un desmayo
cuando ella se la midió
Su hija no sabía medir
y ella se la quedó.