Un día en mi niñez,
la época que viví.
Intentando recordarlo,
más o menos era así.
Levántate perezoso,
tienes sopa en la cazuela.
Lávate un poco la cara,
y marcha para la escuela.
Cuidado con los zapatos,
en la calle hay mucho barro.
No vayas pisando charcos.
Procura no venir guarro.
Nunca olvidaba libros,
pues solo tenía uno.
Llevando la pizarra,
no hacía falta ninguno.
En la escuela un revuelto,
todas pobres criaturas.
Con muy pocas atenciones,
y ninguna asignatura.
El recreo en plena calle,
a tomar un poco el sol.
Incluida la canción,
de cantar el cara al sol,
Nada de ayuda de abuelos,
eran casi analfabetos.
Tenían que trabajar,
y un ejército de nietos.
eran casi analfabetos.
Tenían que trabajar,
y un ejército de nietos.
Pocos eran los deberes,
pero sí hacer recados.
Coger nabos en el huerto,
o segar hierba en el prado.
A veces ir con las vacas,
Ayudar a los padres,
esos no admitían quejas.
entonces era trabajo
Uno es sentía feliz.
Comiendo sopas de ajo.
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