Quiere desahogarse,
encuentra la solución.
Estudio foto gratifico,
al leer el cartelón.
Buenos días, señor,
yo le vengo a contar.
Regañe con mi marido,
estoy sin desayunar.
Seguro que se fijó,
que no vengo arreglada.
No me lavé ni siquiera.
Estoy muy desaliñada.
Me marché a todo trapo,
él se quedó acostado.
Me dio un empujón,
me aparto de su lado.
Se está volviendo celoso,
cuando se pasa en los vinos.
Me dice que estoy liada,
con un montón de vecinos.
Le juro ser muy fiel,
pero hay ocasiones.
Puedo caer en pecado,
por culpa de tentaciones.
—A mí que me importa eso,
yo nada tengo que ver.
Eso son sus problemas,
no los puedo resolver.
Pues cambie el cartel,
el cual produce un embrollo.
Ese que bien claro dice,
y rebele su rollo.