Le llamó el ejército
el país estaba en guerra.
En no apoyaba la causa
y le importaba una mierda.
Se escapó en cuanto pudo
Pensó que era lo mejor
Seguro le buscarían.
Era un pobre desertor.
Vio un convento de monjas
Allí estaría salvado.
Nadie entraría a buscarle
en ese lugar sagrado.
Una monja en el huerto
Parecía estar implorando
se escondió bajo su hábito
Ella seguía rezando.
El escondite perfecto
oscuro y calentito.
El pobre llegó cansado
rápido se quedó frito.
Le despiertan unos golpes
recibidos en la testa.
Sale lleno de chichones
Le fastidiaron la siesta.
—Llevas dos horas roncando
Por eso te he despertado
Mis rezos y mis plagarías
ya habían terminado.
Lo que yo he notado en ti
que eres una monja rara.
Muchos pelos en las piernas
y algo de barba en la cara.
Soy desertor como tú
estoy aquí camuflado.
No me gusta la guerra
aquí estoy bien cuidado.
—Me hiciste la puñeta
yo estaba soñando.
Que estaba en el paraíso
y las campanas tocando.
Si soñabas con campanas
cuando estabas ahí abajo.
Es fácil de adivinar.
Que te despertó el badajo.
