En un trayecto de tren,
de un largo recorrido,
se encuentra con una mujer,
con su niño y sin marido.
El niño de corta edad,
que coje una gran rabieta,
la mujer para calmarlo,
intenta darle la teta.
El sigue con su pataleo,
cada vez va a peor,
¡Nene, si tu no la quieres,
se la doy a ese señor!
El todo sorprendido,
no está para desperdiciar,
se cambiaría por el niño,
para poderla chupar.
El nene sin hacer caso,
no encuentra la manera,
ella intenta calmarlo,
sigue con la teta fuera.
Cariño tema la teta,
que ya no puedo aguantar,
como sigas despreciándola,
creo que va a explotar.
Va por la enésima vez,
con resultado inferior.
Última oportunidad,
oh se la doy al señor.
Decide ya de una vez,
ya me tienes cabreado,
hace doscientos km,
tenía que haberme apeado.