En una niñez sin luz,
ni tampoco agua corriente,
esto me impresiono,
se me viene a la mente.
Una niña presumía,
en el pueblo fue el primero,
que en casa de su abuela,
habían puesto un cagadero.
La escuchamos sorprendidos,
otros lo toman a guasa,
¿como se podía hacer caca?
sin salir de la casa.
Nos estas tomando el pelo,
no lo podemos creer,
eres una mentirosa,
lo tendriamos que ver.
-Cuando salgamos del cole,
me podéis acompañar,
seguro que mi abuela,
os lo querrá enseñar.
La acompañamos a casa,
quedamos como atontados.
una tabla con agujero,
se podía cagar sentado.
La abuela presumiendo,
ante la chiquillería,
era la más rica del pueblo,
solo ella lo tenía..
Nos convido a una galleta,
y un chupito de anís,
rezumaba mucho orgullo,
ese día fue feliz,
Comentamos a los padres,
lo que habíamos descubierto.
Eso es una guarreria,
mejor cagar en el huerto.
Una cosa tan sencilla,
ahora es imprescindible,
entonces no necesaria,
cuando el cagar era libre.