Dos amigas se encuentran,
han pasado quince años.
Hablan de sus cosas,
sus aventuras y apaños.
Hija, yo me casé,
con aquel tan cariñoso.
Tengo un hijo y una hija,
a cada cual más precioso.
—Ahora cuéntame tú,
que eras la perfección.
Seguro que eres feliz,
con un guapo cuarentón.
—Que más quisiera yo,
eso no llegó a pasar.
Estoy soltera y sola
y aun sin estrenar.
- Mujer, en estos tiempos,
no se llega a concebir.
Demasiadas cosas raras,
te han tenido que ocurrir.
Cuando tenía pretendientes,
estudiaba sus defectos.
Encontraba muchos fallos,
no encontré el hombre perfecto.
no encontré el hombre perfecto.
Salí un tiempo con uno,
guapo, educado y decente,
Eso no llegó a cuajar
Eso no llegó a cuajar
era de la acera de enfrente.
Después salí con otro,
este por recomendación,
Como tenía un seiscientos,
no encontré la posición.
Llegó el hombre soñado,
se despertó mi pasión,
Fuimos a su apartamento,
no me gusto su colchón.
Uno con bastante tripa
no quise ponerme debajo.
No pudo hacerlo de pie.
Otro que se fue al carajo.
Aburrida de los jóvenes
me pretendió un vejete.
Como la tenía floja.
Otro que se fue al garete.
A sí que entre pitos y flautas,
no sé qué me va a pasar,
Ahora soy feminista
Moriré sin estrenar.