Se quejan los gobernantes,
de la economía sumergida,
pero si no hay trabajo,
hay que buscarse la vida.
No piensen que es fácil,
a la hora de cobrar,
hay muchas trampas,
para después no pagar.
Una llama al fontanero,
tiene varias averías,
tarda en repararlas,
unas tres horas y un día.
Al pasarle la factura,
la mujer queda asustada,
eso es mucho dinero,
no estaba preparada.
Yo te podría pagar,
con un método algo raro,
sería tuya medio año,
mi marido esta en el paro.
Se va con ella a la cama,
cuando esta desatascando,
sale el marido del armario,
con un cuchillo gritando.
¡¡¡Eres un hijo de puta!!!,
por lo que estas haciendo,
ahora mismo te rayo,
si no te largas corriendo.
Una de las muchas trampas,
en esta puñetera vida,
son los riesgos que tiene,
la economía sumergida.
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