Se encuentra la abuela,
en la cama agonizando,
Su familia reunida,
todos están llorando.
Trabajó muchas horas,
está a punto de expirar,
Durante sesenta años,
fue cocinera en el bar.
Visitada asiduamente,
con ella se acaba el chollo,
Se termina tomar café,
encima llevarse el bollo.
Esas croquetas tan ricas,
que ella sabía hacer,
Como dan tanto trabajo,
ya no las van a comer.
Se acaban los cumpleaños,
y otras celebraciones,
Es el final de la era,
le era de los gorrones
Mi última voluntad,
no quiero ser enterrada,
Como sé que me queréis,
Como sé que me queréis,
mejor ser incinerada.
Mis cenizas en la urna,
que quede bien cerrada,
Con luces de colores,
que esté bien iluminada.
Esa urna la tenéis,
a meses o temporadas,
Con las luces encendidas,
que nunca estén apagadas.
Sí, os resultan extrañas,
todas estas peticiones,
Es para haceros gastar algo,
¡so pedazo de gorrones!