¡Qué feo era ese burro!
Pero estaba bien dotado
del atributo del burro.
Andaba muy triste,
el ánimo muy decaído.
El rabo entre las piernas
y el aparato encogido.
El pobre estaba virgen.
Lo tenía sin estrenar.
Soñaba con ser más guapo
para así poder ligar.
Conoció a una bruja
que cobraba muy barato.
Al burro que era feo,
ella lo ponía guapo.
Lo transformó en el burro
más bonito del lugar.
Una sola condición:
no podría rebuznar.
-Si llegas a rebuznar
no respondo del hechizo
Puedes seguir siendo guapo,
puedes perder el chorizo.
No parecía complicado
cumplir esa condición.
Dejar de rebuznar
y ser un burro molón.
La bruja no se fiaba
de que el burro lo cumpliera.
Para despejar la duda
lo probó de esta manera:
Se transformó en la burra
más molona del lugar.
El burro empezó a dar saltos
y se puso a rebuznar.
Se olvido que era bruja,
al ver aquel aparato.
Soñó que tenia derecho
de disfrutarlo un buen rato.
Los dos se sentían felices.
dentro de aquel acaloro.
Se ponen a rebuznar,
formando los dos un coro.
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