Un matrimonio de pueblo,
que se quieren divorciar,
Es la custodia del hijo,
lo que tienen que aclarar.
No se ponen de acuerdo,
explican sus razones,
Se encuentran ante la juez,
dan sus explicaciones.
Señoría, yo lo parí,
sufrí muchos reveses,
Tuve una gestación difícil,
durante los nueve meses.
Una madre ama al hijo,
no lo pienso abandonar.
Su padre es un desastre.
Que no sabe ni labrar,
-Soy un buen labrador
esto no puedo aguantar,
Para plantar la semilla,
hay mucho que trabajar.
Ella es una tierra mala,
dura como la arcilla.
Yo me tiré cinco años,
para plantar la semilla.
Es como un terreno baldío,
muy poco roturado.
Hace falta sudar mucho,
para enterrar el arado.
muy poco roturado.
Hace falta sudar mucho,
para enterrar el arado.
-Eso es una pura mentira,
tu reja no es buena.
No vale para labrar,
ni en un terreno de arena.
tu reja no es buena.
No vale para labrar,
ni en un terreno de arena.
Además, es muy pequeña,
endeble y muy gastada.
Echa de gominola,
como cuando está chupada.
La juez no es de pueblo
tampoco ha parido
Nada entiende de reja
ni de terreno baldío.
Para dictar sentencia,
la juez está hecha un lío.
¿La mujer tiene razón?
Y no le falta al marido?
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