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viernes, 25 de marzo de 2022

LOS HUEVOS DEL MARIDO.


Viuda desconsolada.
Nadie sabe que le pasa.
Se enteran de su desgracia,
Desvalijaron su casa.

La dejaron sin chorizo,
despreciaron el tocino.
Desapareció el jamón
y cinco litros de vino.

-No lloro por esas cosas,
Lo que más he sentido.
Que se llevaran dos huevos
que eran de  mi marido.

Era su mejor legado,
Hasta brillo le sacaba.
Los pasaba de mano en mano,
a veces los apretaba.

Los quería más que a mí vida,
Estaban como nuevos. 
Era el más fiel recuerdo,
que tenia de sus huevos.

Eran los huevos de un Santo,
Por eso yo los quería.
Unas veces los sacaba,
otras veces los metía.

Nunca los abandoné,
Ni siquiera en vacaciones.
Al tenerlos a mí lado.
Evitaba tentaciones.

Esos huevos los usaba,
por la noche y por el día.
Al sentirlos en mis manos,
rebosaba de alegría.

Eran una obra de arte,
finos lisos y pulidos.
Nunca podre olvidar,
los huevos de mi marido.

Esos huevos de madera,
valen para muchos fines.
Coger puntos a las medias,
y zurcir los calcetines.

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