María vino a Madrid
toda llena de ilusiones.
Al mes regreso al pueblo,
estaba hasta los melones.
Una amiga le comenta,
te veo hasta más delgada.
Tienes como más ojeras,
andas cómo cabreada.
Tengo en el cuerpo señales,
de esa pequeña aventura.
Recuerdos inolvidables.
una cosa de locura
Me sobaron de lo lindo,
me apretaron sin parar.
Yo miraba hacía el techo.
no paraba de sudar.
Entré fría y sonriente,
a veces hasta cantando.
Al llegar hasta el final,
sudando y choreando.
A veces sentía mareos,
no podía respirar.
Perdía la noción del tiempo,
me tenía que agarrar.
Unas veces eran blandas,
otras veces eran duras.
No sabia como ponerme,
y cambiaba de posturas.
Para mi lo que cuentas,
no es nada deprimente.
Solo de pensar en ello,
me estoy poniendo caliente.
Narro la pura verdad,
todo esto se junta.
Si viajas en el mero,
cuando llega la hora punta.
.
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