Era el marido ideal,
Amante y trabajador.
Casi el hombre perfecto,
de lo bueno, lo mejor.
El leve defecto era,
en algún fin de semana.
Se pasa con la bebida,
y se le escapa en la cama.
A un marido tan bueno,
lo quiere perfeccionar
Que corrija ese defecto,
y no se vuelva a mear
Verle en esas condiciones,
la produce mal humor-
Le dice que se acueste,
en el sofá del comedor.
Duerme como un tronco,
a él lo mismo le da.
Acostarse en la cama,
o dormir en el sofá.
La mujer que es católica,
comenta su desventura.
Al ir a confesar,
se lo dice al señor cura.
Él trata de ayudarla,
se le ocurre un remedio.
Le da una medalla,
de la Virgen del Remedio.
-Cuando el este borracho
y no se entere de nada.
Atas la medalla al pito,
impedirá la meada.
La mujer así lo hizo,
Él despertó atontado.
El pito de doble tamaño,
pero no se había meado.
Entonces él miró el pito
y descubrió la medalla
¡Joder! El arma qué tengo
ha librado una batalla.
La mujer le pregunta.
¡Estás hecho en desastre!
¿Dime que hiciste anoche?
¿Dónde coño la pillaste?
Del lugar no me acuerdo.
Aquí mi memoria falla.
Debió ser en un convento
y me han puesto una medalla.
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