época de discusiones.
Ninguno admite su culpa,
los dos son muy cabezones.
La cama está mojada,
ninguno la culpa tiene.
A él le fallan los muelles,
y a ella los retenes.
¡Marido, eres un guarro!,
y tu cola una meona.
Tienes los muelles flojos,
y te lo tomas a broma.
¡Me echas a mí la culpa!
Esa culpa que tú tienes.
Tu vejiga está ya vieja,
no funcionan tus retenes.
Eso es lo que te crees,
te diré lo que me pasa.
Que están algo resecos,
porque tú no los engrasas.
-Sé que es mi obligación
que eso lo hace el marido.
Es porque tu engrasador,
se encuentra algo obstruido.
Nunca están de acuerdo,
sobre todo en la mañana.
No saben cuál de los dos,
es el que mea la cama.
Eres un carca, marido,
lo que dices no cuadra.
Para evitar discusiones,
vete a dormir a la cuadra.
Y así el pobre abuelo,
por discusión tan absurda.
Ya no duerme con la abuela,
y se acuesta con la burra.
No le va nada mal,
con ella está integrado.
Encima si la acaricia,
ella le levanta el rabo.
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