En tiempos de mi niñez,
tenias que estar pendiente.
De no decir un pecado,
y de no perder un diente.
A una niña vecina,
me la encontré llorando.
rebuscando en la tierra,
algo estaba buscando.
Con suspiros y sollozos,
rebuscando en la tierra,
algo estaba buscando.
Con suspiros y sollozos,
me dice rápidamente.
Ayúdame a buscarlo,
se me cayó un diente.
Pasa más de una hora ,
ella con gran sofoco.
le temblaba todo el cuerpo,
se le caía hasta el moco.
Yo le ayudaba a buscarlo,
entre mucho polvo y tierra.
terminamos los dos,
rebozados de mierda.
Por fin aparece el diente,
ese diente tan buscado.
Fue llevado al cementerio,
allí mismo fue enterrado.
Rezamos diez padrenuestros,
y cincuenta avemarías.
Eso había que repetirlo,
mas o menos quince días.
No existía el ratón pérez
ni una peseta de premio,
un hueso de ser humano,
tenía que ir al cementerio.
Todo era pecado,
una época anticuada,
las pasamos muy mal,
con gente tan atrasada.
un hueso de ser humano,
tenía que ir al cementerio.
Todo era pecado,
una época anticuada,
las pasamos muy mal,
con gente tan atrasada.
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