que la iglesia no pisaba.
No practica religión,
y el cura no le gustaba.
Tiene un secreto muy gordo
que no lo puede guardar.
Un día le pide al cura,
que se quiere confesar.
El cura queda extrañado,
de cambio tan repentino.
Esa oveja descarriada,
al fin encontró el camino.
-Bien venido al rebaño,
si vienes arrepentido.
Confesaras tus pecados,
y serás bien recibido.
Se presentó a confesar,
el le da su bendición.
Nadie sabrá tus pecados,
secreto de confesión.
-Yo solo quería decir,
que me tiro a la Mairena.
De mote horno caliente,
esa tía que está tan buena.
Tienes que dejar de hacerlo,
ella es mujer casada.
Si se entera el marido,
puede darte una cornada.
No dejaré de hacerlo,
mientras el cuerpo aguante.
No me importa ir al infierno.
Yo seguiré adelante.
-Si no estás arrepentido,
¿Por que lo quieres confesar?.
-Es para que sienta envidia,
al no poderlo contar.
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