Dos amigos en el cielo,
comentan su mala suerte.
Se ponen a comentar
lo que produjo su muerte.
Sucedió el mismo día,
eso ya es casualidad.
Otra es el encontrarse,
allá en la eternidad.
Tú de qué as muerto,
seguro que fue deprisa.
No veo dolor en tu cara,
hasta tiene una sonrisa.
Si te digo como fue,
seguro te dejo helado.
La sonrisa que me ves,
es por morir congelado.
La mía fue de un ataque,
la culpa de mi parienta.
Creí que tenía un amante,
que usaba su herramienta.
Fingí mi ausencia tres días.
Pero regrese al instante.
Para ver si la pillaba,
en la cama con su amante.
Pero la encontré muy sola,
la tía estaba en pelotas.
Vi algunas prendas extrañas,
pantalones y unas botas.
Removí toda la casa,
mire bien en los rincones.
Frustrado al no encontrar nada,
me produjo agitaciones.
No pude resistir eso,
culpa de esa frustración.
Por eso mi muerte fue,
de un ataque al corazón.
¿Dices que miraste bien?,
para mí eso es mentira.
Olvidaste el congelador
y aún estaríamos con vida.
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