LAS CAMPANAS.

En mi juventud no había,

cosas tan avanzadas.

Las campanas eran el móvil,

entonces las más usadas.

Toque para cada cosa,

varias interpretaciones.

Unos para ir a la iglesia

otros para las reuniones.

Toques muy diferentes,

Rápido para la misa.

Para apagar un incendio,

se tocaba más deprisa.

Las ánimas del purgatorio,

también eran recordadas.

Tocando al atardecer,

tres veces tres campanadas.

El día de un entierro,

se le hacía un homenaje.

Se tocaban las campanas,

deseándole buen viaje.

Con un sonido perfecto,

si era bien ejecutado,

Se transmitían las noticias,

a los del pueblo de al lado.

El cura tocaba a misa,
y subía al campanario,
Daba varias campanadas,
para rezar el rosario.

Ahora ya no las suben,
 las tocan desde abajo,

no quedan curas jóvenes,
que puedan con el badajo.

Había tocadores famosos,

de alguno yo me acuerdo.

En aquella sociedad,

eran la estrella del pueblo.

Algunos daban conciertos

que podías escuchar.

Sin necesitar entrada,

y sin tener que pagar.

La juventud de entonces,
repicaba a diario,

Ahora no quedan jóvenes

que suban al campanario.

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