La historia es real.
Una vieja prostituta,
estando ya retirada,
Me contó sus aventuras,
de su vida ajetreada.
Joven se puso a servir,
se lio con el señor,
Desde entonces su vida,
le fue de mal a peor.
Fue un capricho del rico,
de los muchos que tenía,
Cuando se cansó de ella,
rápido fue despedida.
Se casó sin amor,
eso era la solución,
Persistió su mala suerte,
su marido era un cabrón.
No le da dinero,
si algo tiene que comprar,
Más bien hacía de chulo,
y lo tiene que buscar.
No se queda en estado,
Adquiere más de un vicio,
no le queda otro remedio,
que dedicarse al oficio.
Abandona al marido,
y se marcha de Madrid,
Recaló en Tetuán,
allí se encuentra feliz.
Sus clientes, legionarios,
hombres fuertes y aguerridos,
Ella siempre presumió.
Todos fueron mis maridos.
Se muere su marido,
encuentra la manera,
De regresar a Madrid,
y seguir con la carrera.
Cascabeles en sus ligas,
para indicar al cliente,
Que el campo está libre,
para que pase el siguiente.
Ya vieja y sin dinero,
casi nadie la escuchaba,
Yo seguía siendo su amigo,
su historia me interesaba.
Tuvo un triste final,
murió sola y despreciada,
Sin familia y sin amigos,
murió muy abandonada.
Yo era muy joven,
ella podía ser mi abuela,
Con lo que ella me contó,
escribiría una novela.
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