Abandonamos los pueblos,
esa es la pura verdad.
Buscando una vida mejor,
esa es la realidad.
A pocos le gustaba el campo,
se perdieron las costumbres.
Como era recoger escobas,
para encender la lumbre.
Hacer la comida en pote,
que necesitaba un día.
Para cocer las legumbres.
Siempre la lumbre encendida.
Pelábamos los árboles
se aprovechaban las hojas.
Recogíamos la hierba,
y otros miles de cosas.
Los campos estaban limpios,
Las tierras todas labradas.
Los caminos transitados
y las casas habitadas.
La lumbre era en el suelo,
consumía de cojones.
Se necesitaba humo,
para curar los jamones,
Inviernos superfríos,
casas sin calefacción,
La lumbre encendida,
esa era la solución.
Carentes de electricidad.
Esa no había llegado.
Los tejados sin forrar,
entra aire por todos lados.
Sin vacas para labrar
ni ovejas para pacer.
La cosa es complicada,
no sé qué se puede hacer.
La solución no la sé
es bastante complicado
Ese es el gran problema
de ese campo abandonado.
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