La historia ocurrió en el pueblo
sobre los años cuarenta.
Un regalo inesperado
que recibió la Vicenta.
Viuda hacía veinte años
era ya octogenaria.
Algo apartada del mundo.
una vida solitaria.
No sabía escribir
ni por supuesto leer.
Sabía cosas del campo
y una miaja de coser.
No recibía pensión.
entonces no existía.
Cultivaba algo en el huerto
comía lo que podía.
Los hijos y nietos
todos habían emigrado.
Un nieto fue a visitarla
cargado con un regalo.
Era una radio enorme
con dos buenos altavoces.
Al estar un poco sorda
para que oyera las voces.
Aprovecho que la abuela
fue a ver a la vecina.
Para darle una sorpresa
se lo instalo en la cocina.
Al regresar la abuela
hoyó que estaban hablando.
Salió a pedir auxilio
pensó que estaban robando.
Se reunió medio pueblo
nadie se atrevió a entrar.
Hasta que llegó Aniceto
el más bruto el lugar.
Entró armado con un hacha
esa era su costumbre.
Rompió la radio en pedazo
después los echó a la lumbre.
-Podéis entrar sin temor
todo está arreglado.
Me cargue a los enanos
y después los he quemado.
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