Seis familias en el pueblo
solo una con dinero,
con una hija casadera,
que se la ofrece al cabrero.
La chica es madurita,
una mujer de primera,
pero el le pone un defecto,
tiene poca delantera.
En su trabajo diario,
acostumbrado al ordeño,
el tamaño de sus pechos,
le resulta muy pequeño.
El padre ante esa pega,
rápido la soluciona,
le paga una operación,
seis kilos de silicona.
Ante esa delantera,
el cabrero está flipado,
son los pechos más grandes
que podía haber soñado.
No se puede resistir,
ante cosa tan hermosa,
no lo dudó un segundo,
la acepta por esposa.
En la noche de bodas,
el puede pensar,
lleva un cántaro a la cama,
ver se lo puede llenar.
Soñó con un buen negocio,
que eso sería una mina,
no saco una gota leche,
una puñetera ruina.
Al casarse sin amor,
que algunas veces pasa,
el negocio fracasó,
la devolvió a su casa.
Se difundió la noticia,
cosa tan insospechada,
la disputan las revistas,
para ponerla en portada.
Se difundió la noticia,
cosa tan insospechada,
la disputan las revistas,
para ponerla en portada.
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