Siempre apuntado al paro,
vago hasta el aburrimiento,
Buscando mil excusas
viviendo siempre del cuento.
No le importaba el gobierno,
pasaba de elecciones,
Su única preocupación,
es tocarse los cojones.
De las normas él pasaba,
órdenes no admitía,
No nació para el trabajo,
si para vivir la vida.
No quería mujer ni hombre,
el tío pasaba de todo,
Vivía una vida feliz,
según sus normas y modos.
Un día se pone malo,
de un resfriado normal,
Es vago para ir al médico,
y menos al hospital.
Queda en la cama sobando,
va muriendo lentamente,
Se da cuenta de que no sale,
una vecina de enfrente.
Está en las últimas,
es difícil de curar,
Le presentan al cura,
por si quiere confesar.
-Confiesa tus pecados,
así podrás ir al cielo,
Si te arrepientes de todo,
te servirá de consuelo.
-Cuando miro para arriba,
solo es de vez en cuando,
No sabría como subir
y no pienso ir andando.
Eso debe estar muy lejos,
me tiene que garantizar,
Que pondrán una ambulancia,
y me tienen que llevar.
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