Al terminar el trabajo,
se pasa por el bar chino,
Le pide que le sirva,
sus tres vasitos de vino.
Pero no de uno en uno,
no le exige rapidez,
Pero sí que se los sirva,
los tres vinos a la vez.
El primero lo dedica,
por el amor de Luisa
lo saborea con gusto,
y no lo toma deprisa.
Para el segundo le pide,
que le ponga una pajita,
Lo chupa muy lentamente,
brindando por la Paquita
El tercero lo levanta,
y lo mira al trasluz,
Se lo trinca de un trago,
brindando por su salud.
Esa costumbre la cambia,
al pedir bebida al chino,
Le pide que le ponga,
solo dos vasos de vino.
El tabernero intrigado,
le pregunta ¡Que pasó!
Si la Luisa o la Paqui,
alguna de las dos murió.
Siguen las dos con salud,
guapas y de buen ver,
Soy yo el que me propuse,
que dejaré de beber.
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