En tiempos creía la gente,
en brujas y maldiciones,
Ocurrió un caso extraño,
qué afecto a los jamones.
Normalmente en las casas,
se hacía una excepción,
Para la época de la siega,
se reservaba un jamón.
Se envolvía en papeles,
con un saco tapado.
Se ponía en un sitio oscuro,
en un lugar reservado.
Las casas no se cerraban,
allí no había ladrones,
Todos mataban cerdos,
nadie robaba jamones.
Pero salta la alarma,
al destapar un jamón,
Se convirtió en barro,
sin ninguna explicación.
Lo comunican al cura,
eso es cosa del demonio,
Para que no ocurra más,
dan limosna a San Antonio.
La gente daba limosnas,
y no había soluciones,
Ocurría ese misterio,
a unos cuantos jamones.
Se olvidan de San Antonio,
y empiezan a pensar,
un jamón echó de barro,
¿Dónde se puede secar?
Son misterios que perduran,
que cuentan en el pueblo.
Comían jamón los del tejar,
y nunca mataban cerdo.
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