Estudio en un convento,
allí estuvo internada.
Sabe poco de los hombres,
estaba poco informada.
Le pregunta a la madre,
un día que tiene un rato,
Que le explique con detalle,
la función del aparato.
Espera un poco hija mía,
lo pienso en unos momentos,
En cuanto lo tenga claro,
te pongo unos ejemplos.
Tiene varias etapas,
ese aparato tan noble,
A los veinte está perfecto,
sano y fuerte como un roble.
Pasamos a los treinta,
vivaracho y manejable,
Puedes jugar con el,
es flexible y confiable.
Nos vamos a los cincuenta,
aquí se empieza a doblar,
Si lo tratas con cariño,
te vale para jugar.
Entre cincuenta y sesenta,
etapa de transición,
Coge la enfermedad del sueño,
y se vuelve dormilón.
Llega la tercera edad,
no lo calienta ni el horno,
No quiere salir de casa,
y sus bolas son de adorno.
Ya lo sabes, hija mía,
si quieres más información,
Pregúntale a tu padre,
que lo tiene dormilón.
que lo tiene dormilón.
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