Una soleada mañana,
me levanté tempranito,
Al abrir la ventana
se coló un pajarito.
Se posó en mi cabeza,
allí se puso a cantar,
Sin conocerlo de nada,
me consiguió enamorar.
Ahora es de la familia,
está muy integrado,
No le gusta la jaula,
nos persigue a todos lados.
Le gusta entrar al baño,
ducharse con mi marido,
Encima de su cabeza,
como si fuera su nido.
Estando los dos secos,
él se queda como nuevo,
Se posa sobre su pene,
y quiere empollar sus huevos.
Cuando está conmigo,
se posa sobre una teta,
Me besa, me acaricia,
se pone muy chuleta.
Estas cosas tan curiosas,
difíciles de comprender,
Pájaro al estar conmigo,
pájara al estar con él.
¿Será tan inteligente?
Eso es una duda enorme,
Si no creen esta historia,
Cómprense un agapornis.
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