En esta pequeña aldea,
había un chef conocido,
No necesitaba gran cosa,
para hacer un buen cocido.
Allí se mataban cerdos,
Allí se mataban cerdos,
una cosa exagerada,
Pero él era una figura,
nunca mataba nada.
nunca mataba nada.
Una lumbre en la cocina,
un escaño para sentarse,
Un pote para guisar,
calor para calentarse.
Era el sabio de la aldea,
guisando era el mejor,
Sin poner nada de cerdo,
su cocido era el mejor.
No revelaba el secreto,
de sus métodos sencillos,
Todos sabían en el pueblo,
que no usaba calzoncillos.
Con los garbanzos cocidos,
los apartaba del fuego,
Quitaba la tapa al pote,
se calentaba los huevos.
Sus atributos calientes,
Desprendían el sudor,
Ese era el secreto,
daba al cocido el sabor.
Una receta sencilla,
muy fácil recordar,
Es superbarata,
si alguien la quiere probar.
Una receta sencilla,
muy fácil recordar,
Es superbarata,
si alguien la quiere probar.
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