Contaré una ceremonia,
que la falta promoción.
De tiempos de María Castaña,
que produce sensación.
A una virgen extraña,
le hacen una novena.
A las doce de la noche,
que no tenga luna llena.
Van las mujeres primero,
el camino iluminando.
Con lamparillas de cera,
después se van apagando.
Eso es para los hombres
los que hacen esa labor.
Las apagan con su manguera,
a ver quién lo hace mejor.
Con su manguera en ristre,
van haciendo de bomberos.
Quien tenga mejor manguera,
seguro apaga más fuegos.
Una moza les da vino,
otra moza va apuntando.
Que no falte material,
y que sigan apagando.
Prueba de eliminación,
para el que aguante más vino.
Los débiles y enclenques
se quedan por el camino.
Cuando solo queda uno,
el que más pudo aguantar.
Le nombran rey de la fiesta,
el más macho del lugar.
Esta ceremonia extraña
la debían promocionar
Es muy poco conocida.
Solo cerca del lugar.
Al menos durante un año,
puede pasarlo borracho.
Le regalan todo el vino.
Y una medalla de macho.
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