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domingo, 10 de junio de 2018

SIN BRAGAS,




Años de la posguerra,
malos para los chiquillos,
Sin dinero para bragas,
ni tampoco calzoncillos.

Se veía todo normal.
De sexo ni pensamiento,
La primera que uso bragas,
revolucionó el convento.

Era una prenda extraña,
¿Por qué se lo taparía?
Se produjeron apuestas,
a ver quién lo descubría.

Esa prenda a los rapaces
nos traía a mal traer.
Era una gran novedad 
Nosotros la queríamos ver.

La chica era guapa,
su madre una adelantada,
La espiamos todos lados.
Para ver lo que tapaba.

Una escuela sin servicios.
Las chicas salían primero
Ellas a mear a un solar.
Los chicos a un agujero.

Salíamos a todo trapo.
Corriendo hacia el solar.
Queríamos ver que hacía.
Cuando tenía que mear.





Una vez la encontré sola,
pedí me las enseñará,
Rápido levantó la falda,
me dijo que las mirara.

No conformé con las vistas,
seguí curioseando,
Quería ver lo que tapaba
y seguir investigando

Lo miraba y remiraba,
no encontraba nada extraño.
Se parecía a los otros.
Y con el mismo tamaño.

Contemplando el paisaje,
trate de explorar la gruta.
Su padre me descubrió,
llamándome ¡Hijo de puta!

Las pasé muy cánulas
por contemplar algo nuevo.
Si me hubiera pillado
Quería cortarme los huevos.

Me persiguió por el pueblo,
no llego a darme alcance.
Yo corría más que él,
salve bien ese percance.

Al usarlas más de una,
ya no era novedad,
Ya no miraba las bragas.
Perdí la curiosidad.










































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