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sábado, 20 de octubre de 2018

Nº14 LA VELA TORCIDA,


Cuando yo vendía velas,
 una hizo este comentario,
La tienes blanda y torcida,
no la usas a diario.

Esto me dejo perplejo,
ante tamaña osadía,
¿se refería a la vela´
o quizás fuera a la mía?.

Esperame en la procesión,
lo podrás comprobar
la llevare encendida,
tú la puedes apagar.

En un lugar apartado,
cambiamos impresiones,
ella los de mi vela,
yo la de sus melones.

 Jugando con fuego,
todos se pueden quemar,
así nos fuimos al suelo,
para poderlo apagar.

Salen dos perros furiosos,
dispuestos para atacar,
salimos a toda leche,
no pudimos ni empezar.

Verdadera mala suerte,
 sitio mal escogido,
mi vela se apago,
terminamos encogidos.

Esos cabrones de perros,
fastidiaron  la función,
silencios regresamos,
ya no tubo solución.

Esa oportunidad,
no se volvió a presentar,
¿Sería por no tener fe?,
¡Quizás fue por no rezar!.











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